dijous, 6 de gener del 2011




Las persianas estaban a medio bajar, y los últimos y perezosos rayos de luz de la tarde de un frío día de invierno se colaban en la estancia. Estaba triste. Triste y enfadada. En la chimenea, las brasas supervivientes de un fuego que había estado ardiendo no hace mucho, delimitaban someramente sus rizos, rojos como el ocaso. Él no estaba. Se había levantado sola. No había aparecido en todo el día.

Dio un sorbo, luego otro, y después dejó su taza de té en la mesita donde estaba la lámpara de cristales de colores, esa que habían comprado en las últimas vacaciones. Se enamoró de ella en un mercadillo de segunda mano paseando por las calles de Praga. Eso aún le hacia estar de peor humor. Se tapó con la manta y se dejó abstraer por el chisporroteo de las brasas.

Despertó con el tintineo de unas llaves en la puerta, no habrían pasado ni diez minutos. Una puerta abriéndose, una puerta cerrándose. El ruido de las llaves al dejarlas encima de la mesa. Silencio.

  • Menuda cara de morros, ¿no?
  • ….
  • Está bien, como quieras.

Se acercó al fuego y echó unos troncos, los cuales rápidamente dejaron entrever pequeñas llamas. Se dio la vuelta y la miró.

  • Supongo que te has dado cuenta de que llevo todo el día fuera, ¿estás enfadada por eso?
  • ….

Ella se incorporó ligeramente en el sofá, recuperando su taza de té. Él se sentó a su lado. El fuego de nuevo ardía con fuerza, iluminándolo todo. Sus rizos destellaban.

  • Tengo algo para ti....
  • ….
  • Bueno, si no lo quieres.... aunque he de decirte que me ha costado mucho de encontrar, de lo contrario hubiese vuelto antes.

Esbozó media sonrisa, mientras ella ladeaba ligeramente la cabeza en un intento de ver lo que escondía a su espalda. El fuego daba un extraño matiz a sus ojos azules, hacia tiempo que no brillaban así.

  • Bueno, pues como no te veo interesada, tendré que devolverlo....-sonrisa divertida.- Es una pena.
  • ….¿Qué es?
  • Da igual.
  • Vamos, dímelo.-se deshace de su manta y salta sobre él.- O te arrepentirás....
  • ¡Jajajaja....en tal caso, te lo diré! Es un sueño.
  • ¿Un sueño?
  • Si, eso mismo. Pero no solo es un sueño. Es un sueño envuelto con papel brillante de ilusiones, y adornado con cintas de deseos de colores.
  • ¿Y qué tipo de sueño es?
  • Eso lo tienes que decidir tu, es un sueño en blanco, como un lienzo, o como una partitura sin nada escrito. Tu pones la melodía, el paisaje, las aventuras.... Me ha costado mucho de encontrar, y aún más de envolver. Espero que te guste.

Una sonrisa. Resplandeciente como la mañana. Los dos se incorporaron de nuevo en el sofá.

  • Y.... ¿cómo se usa?
  • Solo lo tienes que abrir.

Lo cogió entre sus manos. La noche ya se les había echado encima. Con mucho cuidado, tiró de las cintas que conformaban un barroco nudo. Cedieron sin ninguna dificultad y se deslizaron sobre sus muñecas como si de la más suave seda se tratase. Empezó a quitar el papel, intentando no romperlo, y un aroma a magnolia inundo la habitación. Retiró por completo el papel. Inspiró hondo. Cerró los ojos, y soñó. 


Soñador

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