dijous, 28 d’octubre del 2010








¡¡Acercaos, acercaos.... acérquense.... niños y niñas, señoras y caballeros, la función está a punto de empezar....!!

Payasos de vívidos colores, colosales elefantes amaestrados, graciosos malabaristas y todo lo que un circo que se precie debe reunir, y en un rincón, apartada del ruido del resto de espectáculos, casi aislada de aquel mundo de ilusión, se colocaba, ligeramente ladeada y con la pintura descolorida, el teatro de marionetas.

Las marionetas danzaban, gráciles y coloridas, ora brincando por aquí, ora bailando por allá, deleitando la vista de todo aquel que tenía, mas bien que dedicaba, algunos minutos de su tiempo a observarlas. Los niños abrían los ojos, exclamaban, reían... los adultos, mas comedidos, disfrutaban en su interior de tan maravilloso espectáculo, no eran muy diferentes de los niños, al fin y al cabo, ¿quién no tiene un niño dentro?

Hacía horas que la última función había terminado, y el silencio se apoderaba de todo el recinto circense. Todo el mundo estaba durmiendo, nadie las molestaría. Y es que, al amparo de la noche, las marionetas despertaban para revivir una y otra vez las aventuras que habían protagonizado de manos de su titiritero....

Bienvenidos a los Cuadernos Delirantes....


Soñador

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